Ciudad de México a 13 de enero de 2020. Respecto al video que se ha difundido principalmente vía Whatsapp, en donde se observa que varios individuos inyectan supuestamente hormonas a las aves, les compartimos la siguiente comunicación que tiene como objetivo:
- Desde siempre, la industria avícola de América Latina y del Mundo, ha trabajado en el desarrollo y la implementación de buenas prácticas de producción, que entre otros tópicos consideran prioritario el bienestar animal de las aves.
- La industria avícola de América Latina y del Mundo NO inyecta hormonas, esteroides sintéticos y otras sustancias a las aves (pollos), para provocar un rápido crecimiento en las mismas.
- NO se inyectan hormonas a los pollos porque no es necesario. El crecimiento de las aves está basado en su genética, su cuidado en la granja y su alimentación.
- El video difundido, No tiene una fuente del origen, por lo que contundentemente carece de veracidad. La única fuente que presenta la nota es el Tata Memorial Hospital de Mumbai, India; que es un centro médico especializado en el tratamiento de cáncer. Sin embargo, no cita ningún comunicado oficial, ni presenta alguna declaración o referencia de especialistas, ni tampoco brinda un enlace de donde pudiera haber salido la información.
- Ni en el video, ni en la nota se aclara en qué lugar (país, ciudad, localidad, planta de proceso, etc.) esta supuesta práctica.
- Es importante considerar que el documento en cuestión, está elaborado especialmente para generar incertidumbre y dudas sobre los procesos que tiene la avicultura en la producción de alimentos. Además el video presenta datos incorrectos con información claramente tendenciosa, que busca dañar la reputación de la industria avícola, tanto nacional como mundial.
- La información está basada completamente en suposiciones y aseveraciones sin fundamento.
Razones por las que no se suministran hormonas al pollo
1.- Es ilegal
Hay normas oficiales que prohíben el uso de hormonas y ciertas sustancias químicas en los alimentos para animales.
2.- Los tiempos “no alcanzan”
Toma en cuenta que el ciclo de un pollo de engorda es de 49 días, por tanto, esto hace imposible que una hormona tenga efecto ya que se necesitarían entre 60 a 100 días después de su aplicación para observar un incremento en el aumento en la cantidad de carne. Sería absurdo suministrar una sustancia con la que los avicultores no alcanzarían a obtener el efecto deseado.
3.- Sería una enorme proeza
Las hormonas de crecimiento son proteínas, por lo que si éstas se consumen de manera oral a través del alimento serían rápidamente digeridas de la misma forma en que lo son las proteínas de la soya o el maíz. Aun cuando hubiera algún efecto positivo, necesitarían ser inyectadas por vía intravenosa a cientos de miles de aves todos los días. Llevar a cabo esto resulta un escenario logístico imposible.
4.- Saldría más caro
Las hormonas de crecimiento para aves no se producen, ya que su costo sería extremadamente alto. En el caso de que se administrara un miligramo a cada pollo de engorda el costo sería tan alto que superaría el precio mismo del ave, lo cual no tendría ningún sentido desde el punto de vista comercial.
5.- Contraproducente
La selección genética permite que los pollos de engorda vivan al límite de su potencial fisiológico, por lo que en ocasiones es recomendable restringir su alimentación a fin de reducir la velocidad de su crecimiento. Si reciben un estímulo hormonal extra para acelerar su desarrollo, aumentaría su mortalidad.
6.- Tendrían que ir al gimnasio
El empleo de esteroides anabólicos para aumentar la masa muscular en los pollos es inútil. Para que tengan efecto, las aves tendrían que estar sometidas a un entrenamiento físico (como los atletas que utilizan estas sustancias). Los pollos no han volado en los últimos miles de años, lo que significa que la ausencia de ejercicio cancela cualquier beneficio de estas sustancias.
7.- No son necesarias
Es muy fácil explicar el rápido crecimiento de los pollos sin tener que recurrir a las hormonas. El reto para los productores avícolas es proveer alimento de alta calidad (proteínas, vitaminas, minerales, etc.) y un ambiente saludable para alcanzar el prodigioso potencial genético de los pollos. El crecimiento rápido de estas aves modernas es una consecuencia lógica de pequeñas mejoras de la genética, nutrición, manejo y control de enfermedades. Las hormonas simplemente no son necesarias.